Los tiempos cambian, también para las comunidades de vecinos. En el patio, en la escalera y en las reuniones ya no se habla tanto de vecinos morosos o de la nueva derrama, que también, como de la llegada de los pisos turísticos, los okupas o el acoso inmobiliario. Son estos los nuevos quebraderos de cabeza de las comunidades de vecinos, según cuenta el estudio realizado por Mutua de Propietarios y la Cátedra de Vivienda de la Universitat Rovira i Virgili, la universidad pública de Tarragona.
El trabajo subraya que son dos los principales efectos de la crisis en las comunidades de vecinos: el aumento de los impagos y la realización de menos reformas. Junto a las clásicas inquietudes relativas a la conservación y mantenimiento del edificio (57%); los vecinos molestos (42%); las derramas (37%) o la morosidad (32%), la nueva realidad social trae consigo nuevos problemas que en algunas regiones son especialmente relevantes. Así sucede con los pisos turísticos: mientras que en el conjunto de España preocupa a un 7% de los propietarios, en el caso de Baleares y Cataluña este porcentaje se eleva al 17% y 13%, respectivamente. En los últimos cinco años, los problemas graves o muy graves surgidos en las comunidades de propietarios han tenido como origen asuntos que antes no existían, tales como las viviendas propiedad de bancos o fondos (8%); las viviendas vacías (8%); el alquiler de pisos turísticos (4%) o la ocupación (3%).
De acuerdo con el estudio, en España, donde un 40% de los propietarios vive en comunidades con más de 20 vecinos, un 91% asegura haberse visto afectado por la crisis. Una situación que se ha materializado en un incremento del impago de cuotas (45%), en la realización de menos reformas (39%), en el cambio a otros proveedores más económicos y en un mayor endeudamiento. De hecho, siete de cada diez comunidades de vecinos afirman contar con vecinos morosos. Un 22% señala que estos impagos se realizan de forma intencionada y un 9% apunta a que se trata de pisos de propiedad bancaria que no hacen frente a las cuotas. En términos de mantenimiento, 10 años de crisis también han dejado su huella
En términos de mantenimiento del edificio, diez años de crisis también han dejado su huella.
En cuatro de cada diez comunidades se han demorado la realización de reformas, siendo la escasez de recursos económicos (48%) y la falta de acuerdo entre vecinos (28%) las principales causas de esta demora. Destaca que un 46% de los encuestados asegura haber pasado la Inspección Técnica del Edificio (ITE), un porcentaje que se eleva al 66% en el caso de los edificios de más de 50 años, donde es de carácter obligatorio. En este sentido, es positivo observar que 8 de cada 10 edificios que han pasado la ITE han implementado las mejoras recomendadas.
En relación a la conservación del edificio, un 88% de los propietarios prefiere invertir en mantenimiento en vez de esperar a afrontar reformas mayores con posterioridad. De hecho, un 43ª% de los entrevistados considera que aunque las zonas comunes están bien conservadas, necesitarían alguna mejora. En concreto, el portal (41%) y la escalera (40%) son las áreas más necesitada, seguidas de la fachada, la azotea y el ascensor. Sin embargo, en cuanto a la solicitud de ayudas públicas, la mayoría de las comunidades de propietarios afirma no haberlas solicitado (50%), siendo las dirigidas a la rehabilitación y a la adaptación de infraestructuras a discapacitados las más demandadas.
Ruidos, convivencia y pocas reuniones
El estudio recoge que en un 43% de las comunidades existen problemas entre vecinos, siendo más comunes entre la gente más joven: 48% en el caso de los menores de 30 años frente al 40% en el caso de los mayores de 50 años. Los problemas de convivencia (20%), las deudas (18%) y los ruidos son los más frecuentes, resolviéndose en su mayoría de forma interna, excepto los asuntos de morosidad, que en un 35% de las ocasiones finalizan en el juzgado. Estos y otros asuntos se tratan en las reuniones de propietarios que se convocan con desigual regularidad: un 44% de las comunidades de vecinos sólo realiza la reunión anual de carácter obligatorio y un 25% realiza tres o más, si bien existe una clara relación entre la asistencia y el número de reuniones: cuantas más reuniones, menos asistencia.
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